El tributo a Roswel a lado de La casa de sol pintado por Oscar Romero Credit: Kelly Garcia

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A Rafael “Rafa” Rojas le encantaba el arte grafiti, especialmente las letras burbujas. Como joven artista de Pilsen, quería aprender sobre la estructura de las letras y la teoría del color. Su arte decoró las paredes de Pilsen, La Villita y Logan Square, y el interior de las galerías del Centro Cultural de Chicago, Galerie F, Chicago Truborn y Young Chicago Authors. 

Rojas también se llamaba Roswel, su nombre grafitero. Se graduó de la Academia Comunitaria Benito Juárez y del programa Yollocalli Arts Reach, financiado por el Museo Nacional de Arte Mexicano. 

“Se hizo bastante popular no sólo por su grafiti, sino por su personaje, Yeti, de arte callejero”, dijo el grafitero Kane One, quien también fue el mentor de Roswel. “Es parte de la iconografía de su identidad”. Su personaje, un dibujo plumoso de color naranja, dice Kane, era como un autorretrato.

En agosto, la salud de Roswel comenzó a deteriorarse rápidamente debido a complicaciones relacionadas con el virus COVID-19. Falleció a los 28 años el 3 de agosto. Para honrarlo, un grupo de jóvenes grafiteros del que formaba parte organizaron un proyecto de murales con homenajes a Roswel pintado en toda la ciudad. Uno de los lugares que eligieron fue a lo largo de la pared de murales en la calle 16 en Pilsen que no se había tocado en años. 

Fue en el mismo lugar hace 25 años que el artista Oscar Romero de Pilsen pintó La casa del sol, un mural que representa el calendario azteca rodeado de dioses. El mural de 60 pies de ancho fue solicitado por la escuela católica San Procopius, y fue uno de los primeros murales en la pared de la 16.

Desde entonces, el mural azteca se ha deteriorado. Así que los amigos de Roswel decidieron, pocas semanas después de su muerte, pintar su mural de homenaje en el lado izquierdo de la pared, separado del calendario azteca por una grieta vertical. El tributo se mantuvo firme durante dos meses. 

Entonces el fin de semana de El Día de Acción de Gracias, Romero comenzó a restaurar su mural azteca. En una entrevista con el Reader, Romero, de 67 años, dijo que decidió restaurarlo para conceder el último deseo de su madre antes de que falleció a fines del año pasado. Siguió posponiéndolo hasta que su amiga y representante Julia Rendon, quien vive en ciudad griega, le sugirió que lo restaurará para combatir el grafiti en Pilsen. En nuestra conversación, me preguntó varias veces si yo era una verdadera periodista.

En su primer intento de restaurar el mural azteca, Romero pintó más de la mitad del tributo a Roswel. En nuestra entrevista, Romero dijo que no sabía lo que significaba el nombre. Algunos de los amigos de Roswel se dieron cuenta y fueron a hablar con Romero en el sitio del mural. 

Los amigos de Roswel dijieron que explicaron amablemente el significado del tributo y le preguntaron a Romero si podía mover un poco su mural para dejar espacio. Romero insistió en mantener el mismo lugar para honrar los deseos de su madre. Los amigos de Roswel luego sugirieron que Romero guardará su pintura porque iban a restaurar el tributo. Romero lo interpretó como una amenaza. 

Esa noche, el mural azteca fue rayado, o pintado con graffiti. Al día siguiente Romero lo restauró. Al proximo dia fue rayado otra vez. El malentendido, dice Kane One, es que los amigos de Roswel no rayaron el mural azteca. Dice que eran grafiteros anónimos que simplemente querían defender el homenaje a Roswel.

Los residentes cercanos salieron en defensa de Romero. Un par de personas subieron una foto sobre el mural azteca desfigurado en el grupo del vecindario de Pilsen en Facebook, sin mencionar el tributo a Roswel. Los comentarios en una publicación de Facebook sugirieron que los grafiteros no apreciaban la cultura mexicana y estaban afiliados con pandillas. Algunos amenazaron a los grafiteros con violencia física. 

“Este [pedazo de mierda] debe ser violado”, escribió una persona. 

“Todos los grafiteros son de mala vida”, escribió otro. 

El fotoperiodista Mateo Zapata, quien documenta su trabajo en Instagram, escribió una publicación sobre la situación desde la perspectiva de Romero. “Oscar no tenía idea de quién era Roswel”, escribió Zapata. Dijo que Romero estaba dispuesto encontrar una solución con los que se ofendieron y urgió a sus seguidores que se comunicaran con él. 

La publicación encendió aún más el acoso en línea hacia los jóvenes artistas de Roswel. Zapata luego se disculpó por sólo compartir la perspectiva de Romero y dijo que no tenía intenciones de hacerles daño. 

Unos días después, los amigos de Roswel regresaron para restaurar su tributo, pero fueron acosados ​​por espectadores. Un video muestra a un hombre con una chaqueta azul tirando pintura negra sobre el tributo a Roswel y escribiendo groserías. En otro video, Rendón, la representante de Romero, se ve acercándose a los jóvenes artistas y preguntándoles si tenían la intención de matarla a ella y a sus hijos. 

Durante más de una semana, la conversación pública pareció centrarse en la desfiguración del mural azteca y fue simpático con Romero. Kane One dijo que quería corregir lo que consideraba una narrativa falsa. Dijo que el sentimiento general contra el grafiti no es nada nuevo: los muralistas mexicanos mayores como Romero han perpetuado el estigma negativo hacia el arte grafiti y los artistas. 

La actitud desdeñosa hacia el grafiti como una forma de arte con poca importancia probablemente se atribuya a leyes contra el crimen que penalizan tales actividades con la falsa noción de que reducen el crimen. 

En 1996, el exalcalde Richard M. Daley introdujo el Programa de Eliminación de Grafiti, también conocido como programa bláster, que utiliza camiones que pulverizan bicarbonato de sodio bajo alta presión de agua para eliminar el grafiti. El programa todavía existe hoy y a partir de este año le cuesta a la ciudad cuatro millones de dólares. El departamento de calles y saneamiento también trabaja en colaboración con la policía para atrapar a las personas que escriben grafitis. 

Chicago también prohíbe la pintura en aerosol, una ley que casi fue lanzada en 2018 por los concejales Ed Burke y Matthew O’Shea, quienes estaban más preocupados por los negocios en sus distritos que pueden beneficiar de la venta de pintura en aerosol y emitiendo grandes multas para menores en posesión de la pintura. 

“¿Cómo podemos decir que somos una ciudad que apoya la crianza de artistas jóvenes y darles una trayectoria profesional para que se conviertan en artistas callejeros y de grafiti pagados”, preguntó Kane One, “si todavía tenemos leyes de la ciudad que no permiten a individuales o organizaciones comprar pintura en aerosol dentro de los límites de la ciudad?” 

Desde el encuentro inicial, los amigos de Roswel dicen que no han hablado directamente con Romero. La oficina del Distrito 25 y la Casa Comunitaria y de Artes de Pilsen facilitaron una mediación entre los involucrados. Romero no pudo participar porque estaba cuidando a su esposa en el hospital, así que, en cambio, fue Rendon. Después del intento de mediación, el concejal Byron Sigcho-Lopez le dijo al Reader que Rendon seguía acosando a los jóvenes artistas. 

Por ahora, una resolución ideal para los amigos de Roswel es que ambos murales coexistan. “No es necesario que nos gusten todas las obras de arte en el espacio público”, dijo Kane One. “Pero debería haber un acceso equitativo a la creación de arte público para todos en Chicago”. 

Romero le dijo al Reader que quiere mantener la paz y la armonía. “Creo que es posible que todos coexistamos y aún nos respetemos unos a otros”, él dijo.

Hace un par de semanas, fui caminando al mural de la calle 16 y Allport. Los amigos de Roswel estaban a punto de terminar de restaurar el tributo. Las letras negras con raíces magenta que deletraba su nombre en grafiti se mantuvo firme. Junto a él estaba el mural azteca de Romero desfigurado, separado de Roswel por la grieta en la pared. Podía escuchar los sonidos familiares de amistad, alegría y risa. Cuando me acerqué a los amigos de Roswel, dos personas pasaron a lado del tributo y se rieron disimuladamente. Los artistas apenas les dieron atención. Todo lo que parecía importarles era asegurarse de que hubiera suficiente pintura y perfeccionar el contorno del nombre de Roswel.

Nota: En la versión anterior de este artículo, la reportera incorrectamente escribió que Julia Rendon no era una residente del distrito. Rendon vive en el distrito 25, en la ciudad griega.

A bouquet of pharmacy roses

Caught in a systemic cycle of incarceration, addiction, and homelessness, how do you make room for the possibility for hope?